Para la OMS, "la salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades".
Dentro de esta defición más amplia, podemos concretar la salud mental como un estado de bienestar en el cual, la persona puede afrontar las tensiones de la vida, trabajar de forma productiva y llevar a cabo una participación activa en la comunidad.
La salud mental enfatiza la promoción del bienestar más allá de los problemas mentales, algo que cada persona tiene que cuidar en el día a día para logara una vida plena y con sentido.
La enfermedad o trastorno mental es una alteración de las emociones, del pensamiento y/o del comportamiento. Esto dificultad a la persona su adaptación al entorno cultural y social en el que vive y puede llevar aparejado malestar para la persona.
La palabra psicosis se utiliza para describir un estado de la mente en el que se pierde el contacto con la realidad, alterando la forma en que la persona se relaciona con el mundo.
Hablamos de esquizofrenia cuando las experiencias psióticas se mantienen ele tiempo y requieren de un proceso de reecuperación y tratamiento especializado.
Cuando aparece la psicosis por primera vez, se produce una gran confusión. Aunque alguna vez la psicosis puede aparecer de manera súbita, normalmente suele hacerlo de forma progresiva, lo que dificulta detectar que algo está pasando tanto para quien lo experimenta, como para el entorno más cercano.
Por ello, en un principio, se retrasa la búsqueda de ayuda especializada de los servicios de psiquiatría, a los que normalmente solo se acude cuando la situación es difícil de sostener.
Una vez detectada esta situación, se inicia el proceso de recuperación desde diferentes dispositivos de manera coordinada. Por ello, es muy importante, actuar cuanto antes: es más fácil recuperarse cuanto menos se pierde.
La aparición de la psicosis y de la esquizofrenia depende de numerosos factores. Algunos hacen referencia a variables intrínsecas de la persona, como pueden ser su biología, su genética o su historia pesonal, mientras que otros aluden a desencadenantes que provienen del entorno, como eventos traumáticos, situaciones de gran estrés o consumo de tóxicos. Es la combinación de muchos de estos factores lo que puede terminar produciendo la aparición de la psicosis.
Es importante destacar que no existe un único desencadenante. Así, podemos encontrarnos con factores de riesgo que pueden facilitar el inicio de experiencias psicóticas. Algunos de ellos pueden ser el consumo de tóxicos, sucesos vitales muy estresantes, cambios inesperados, vulnerabilidad genética o atencedentes de maltrato, entre muchos otros. A ello debemos sumar la capacidad de las personas para enfrentar y manejar estas situaciones.
Por ello, el tratamiento no debe quedarse exclusivamente en la reducción de síntomas, sino que debe tamién abarcar las habilidades y herramientas del individuo para hacer frente a las diferentes dificultades que se irá encontrando a lo largo de su vida.
El apoyo y la comprensión de familiares y allegados en el proceso de recuperación es fundamental. Las familias sostienen una responsabilidad para la que muchas veces no han sido preparadas.
Por ello, es muy importante implementar programas en los que se ayude a las familias a conocer y entender diferentes cuestiones relativas a la salud mental. Facilitar un equilibrio entre el acompañamiento y el apoyo, al tiempo que se respetan los espacios que pueda necesitar la persona.
Existen numerosas perspectivas y herramientas de tratamiento. Podemos destacar la eficacia de intervenciones psicológicas, farmacológicas, rehabilitadoras y sociales. Sin embargo, lo más importante es que todas estas alternativas se integren de acuerdo a las necesidades de cada persona.
En el proceso terapéutico es clave la información veraz, el respeto y la confidencialidad. Asimismo, no podemos olvidar la importancia de la libertad en la toma de decisiones y preferencias de la persona.
Si, las personas que tienen esquizofrenia pueden recuperarse y, de hecho, la mayoría lo consiguen. Se trata, por supuesto, de un proceso complejo y, en ocasiones, puede requerir mucho tiempo, mucho trabajo y la acción coordinada de muchas y muchos profesionales. Hay muchas personas con esquizofrenia que disfrutan de una vida plena, puede que conlleve más esfuerzo, pero no por ello deja de ser posible.
La persona sigue siendo la misma, el amigo, el hijo... La psicosis o la esquizofrenia pueden implicar incomprensión y aislamiento, pero uno no deja de ser quién es por el hecho de tener un trastorno mental.
La evolución del pronóstico ha sido muy favorable con el paso de los años y no es, ni mucho menos, tan negativo como se pensaba hace unas décadas.