Conociendo la esquizofrenia y la psicosis


Acercándonos a los síntomas psicóticos

Tradicionalmente, se han separado los síntomas psicóticos en dos grandes grupos: los síntomas positivos y los negativos. Se llaman positivos a los que, haciendo una comparación con alguien que no está experimentando estos síntomas, suponen un exceso de algo, y negativos a los que se manifiestan en forma de carencia. Aunque ahora entraremos en detalle, adelantemos un ejemplo; bajo este enfoque, una alucinación sería un “exceso” de percepción, mientras que la apatía sería una “carencia” de motivación.

Además de estos dos grandes grupos, hablaremos también sobre otros síntomas que también pueden aparecer en los trastornos psicóticos: los síntomas cognitivos y los afectivos.

Conviene recordar que, contra la creencia generalizada, una persona que padece un trastorno de la esfera psicótica no experimenta estos síntomas de manera constante. Con adecuadas estrategias de afrontamiento e intervención, pueden detectarse, manejarse y reducir el impacto que tienen en el día a día. La aparición de la psicosis suele suponer un grave impacto en la persona y su entorno cercano, sin embargo, con los debidos apoyos, la mayoría de personas pueden recuperarse y tener una vida normal.

Algunas experiencias que forman parte de la psicosis

  • Alucinación

    Se trata de una alteración en la percepción. Ocurre cuando a persona experimenta una sensación, sin que nada externo lo haya producido. Existen diferentes tipos de alucinaciones en función de los diferentes sentidos. Así, existen alucinaciones auditivas, visuales, táctiles…


    En un primer momento una alucinación puede ser indistinguible de una percepción externa. Sin embargo, aprendiendo con la experiencia, la persona es capaz de diferenciar mejor las alucinaciones. Algunos psicofármacos pueden también reducir la presencia o la intensidad de las alucinaciones

  • Delirios

     Ocurren cuando se mantienen creencias o ideas muy fijas, que son irrefutables y que otras personas no comparten y cuya lógica no comprenden. Se tratan, por tanto, de alteraciones en el pensamiento. Las ideas delirantes son interpretaciones que intentan explicar  experiencias ambiguas y confusas. Un ejemplo sería llegar a la conclusión inequívoca de estar siendo vigilado, por la forma en que le miran por la calle.

  • Desorganización del pensamiento

    Se trata de un grupo de síntomas que hacen referencia a alteraciones en el proceso del pensamiento, esta desorganización se refleja también en el lenguaje y la forma en que uno se expresa. Así, puede ocurrir que la persona cambie rápidamente de un tema a otro sin mucha relación, incoherencias en el discurso o una gran distraibilidad. Estas alteraciones pueden llegar a dificultar enormemente la capacidad de comunicación de quién las está padeciendo

  • Alteraciones en el comportamiento

    Tienen lugar cuando la persona muestra conductas extrañas, a menudo afectadas por las alucinaciones y los delirios. Por ejemplo, ante la sensación de ser perseguido por un grupo de delincuentes, el comportamiento de atrincherarse en casa y no salir a la calle.

  • Asociabilidad

    Implica una reducción del interés por relacionarse con otras personas, se disminuye el contacto con familiares, amigos o compañeros y supone un gran riesgo de aislamiento social

  • Anhedonia

    Ocurre cuando existen dificultades para realizar actividades placenteras, se disminuye la capacidad de disfrutar de los intereses o aficiones que una persona tiene.

  • Avolición

    Supone una pérdida de voluntad. La persona encuentra grandes dificultades para iniciar actividades y persistir en ellas. Puede llegar hasta el punto de afectar negativamente a los autocuidados y al equilibrio ocupacional

  • Aplanamiento afectivo

    Tiene lugar cuando aparece una falta de reacciones afectivas, una aparente indiferencia e indolencia ante las cosas que suceden alrededor de la persona o su entorno.

  • Alogia

    Ocurre cuando disminuye la espontaneidad y la fluidez en la conversación, con réplicas breves y reducción en la cantidad de habla de la persona.

  • Síntomas cognitivos

    Desde la década de los 90, la investigación sobre los trastornos cognitivos en la

    esquizofrenia y la psicosis ha crecido enormemente.

    Cabe destacar que la variabilidad de los déficits neurocognitivos en psicosis y

    esquizofrenia es extremadamente amplia, con grandes diferencias entre unas personas y

    otras.

    Partiendo de esta variabilidad, se ha encontrado que algunos aspectos de la atención

    como la atención sostenida (vigilancia) o la atención dividida (a más de un estímulo al

    mismo tiempo) pueden verse afectados.

    Con respecto a la memoria, aparecen mayores dificultades en la memoria episódica o

    autobiográfica. Esto es, la dificultad que pueden tener algunas personas para recordar

    información de hechos vividos y para reconstruir su propia historia personal.

    Las funciones ejecutivas, es decir, la capacidad para planificar, ejecutar y evaluar

    aquello que hacemos, también pueden verse afectadas y suponen mayores dificultades a

    la hora de resolver problemas en el día a día.

    Es importante destacar que las alteraciones cognitivas y los síntomas negativos están

    muy relacionados. De tal manera, que la pérdida de intereses, de actividades y la

    desconexión con un proyecto de vida tendrá, lógicamente, consecuencias sobre las

    capacidades cognitivas de la persona.

  • Síntomas afectivos

    La presencia de síntomas afectivos en la psicosis y esquizofrenia se ha concebido de diferentes maneras. En ocasiones, pueden estar enmascarados por la sintomatología negativa, como el aplanamiento afectivo. Otras veces pueden aparecer como consecuencia del rechazo y el aislamiento social. También pueden tener lugar trastornos afectivos, como la depresión, al mismo tiempo que la psicosis (comorbilidad).


    Así, los diferentes síntomas afectivos como la desesperanza, la irritabilidad o un estado de ánimo triste, según el caso o el enfoque clínico, pueden explicarse como parte de la psicosis, como consecuencia de la misma o como fenómenos con orígenes diferentes. En cualquier caso, se trata de experiencias que suelen darse conjuntamente y que, de hacerlo, requieren una atención integral.

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