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La luminiscencia a través de tus ojos

21 de diciembre de 2022

A veces pensamos que la luz es un claro ejemplo de claroscuro uniforme evadido por el tiempo.  Si por un sólo instante descubrimos que los tres Reyes Magos de Oriente encontraron al niño Jesús en un pesebre precedido por un buey y una mula, podríamos saber cuál es el verdadero significado de la Navidad... El coro angelical de niños cantando villancicos mientras en la chocolatería del pueblo, se reparten mazapanes y turrones de antaño, esos que gustan tanto a grandes y pequeños en esta época del año tan entrañable.
 
La Estrella Fugaz es ese misceláneo descubrimiento entre lo pasado y lo vivido, un tiempo para invocar lo más sublime y anecdótico paisaje religioso con un canto a un Nacimiento, el del niño Dios; venid pastores con su rebaño al encuentro del Señor. Las alegorías son frases hechas que no necesitan un significado religioso para  entenderlo pero que sí exceden lo contraproducente conforme a la verdad, es decir, la toma de conciencia de lo que fuimos y lo que somos.

La sabiduría de antaño se mezcla con la época de los farolillos, los  bastones de colores, el calendario de Adviento, las cenas de sobremesa... por no hablar (en términos filosóficos) del  compañerismo mutuo que desprende un eslogan en el fondo de nuestra verdad fantasmagórica. Si todo lo relacionado con algoritmos excéntricos queda por  conocer, entonces imploremos la niñez como un bien establecido entre un anciano que admira a su nieto y una madre que llora la insolencia de lo bello; sí, eso es, una mirada a través del tiempo.

Seguir por el buen camino de la verdad divina y establecer un  vínculo fraternal es, en entredicho de muchos, la única sabiduría que no implora un código abismal incierto, esto es, aplacar la monotonía del momento y sobrellevar el espíritu navideño con armonía y plenitud, así alcanzaremos el auténtico don.

Texto de T. P.G. ganadora del concurso de relatos navideños de AMAFE

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